En la VIII Asamblea Nacional Ordinaria del PRI, en septiembre
de 1975, Don Jesús Reyes Heroles
(entonces presidente del CEN del PRI) y Miguel Ángel Barberena (que era secretario
general) propusieron “primero el programa
y después el hombre” para el relevo presidencial de 1976; quizá como
resultado del abandono de las causas populares que desde unos 15 años antes
había acontecido.
El abandono de las causas populares por parte del “partidazo”
continuó y se ahondó, un sexenio de trivialidades, banalidades, ineficiencia, dejadez
y hasta desgano; seguido por una tibia presencia de un personaje muy anodino y
poco interesado en temas trascendentes, que fue cooptado por el grupo de “modernizadores”,
por la “generación del cambio” del PRI de mediados de los 80; entre ellos
la cabeza Manuel Camacho
y su proyecto
camachista; Carlos
Salinas y su proyecto de narcoestado;
Emilio
Lozoya y su proyecto neoeconómico.
Luego un personaje
que dentro de su neoliberalismo dejo hacer y se encargó de hacer lo que pudo;
para “entregar”
la administración pública federal a una bola de
ineptos (con visión empresarial) y a un inepto, corrupto y borracho que no
tenía la menor idea de la administración y que además estaba absolutamente sólo
pese a todos los que le ayudaron a robarse la presidencia; para finamente observar
el regreso del “partidazo”
y la “generación del cambio” del PRI de principios de esta década, un
grupo de jóvenes ávidos de poder y dinero, que rápidamente sacaron las uñas y su
inmensa vocación autoritaria.
El proyecto está claramente planteado desde mediados de
los 80, la ardilla Fernandez de Cevallos, se encargó de “negociar”
entre Los Pinos y el PAN ese proyecto, lo alimentó con la visión panista de
país, lo llenó de sus propias conveniencias y lo estructuró junto con Carlos Salinas, ese proyecto de país es
diseño conjunto de las estructuras partidistas entonces dominantes.
El PRD se fue sumiendo poco a poco en él, se enganchó y a
cambio obtuvo pequeñas migajas, algunas prebendas y hasta algunas canonjías.
La cúspide de la fusión, se observa en el famoso “pacto contra
México” en el que esas tres estructuras partidistas además de “autorizarle”
una deuda pública extraordinaria, le aprobaron sus “reformas
estructurales” y de manera conjunta abandonaros las causas populares,
vieron por sus propios intereses, se mostraron como lo que verdaderamente son
UNA HORDA DE RATEROS.
El proyecto de país que desde mediados de los 80
delinearon primero el PRI y el PAN y al que se sumó el PRD desde hace una década,
es un camino por el que hemos andado durante
los últimos 30 años, es un proyecto absolutamente ineficiente para los
males de México.
Ahora se juntan el PAN y el PRD para hacer un “frente opositor” que de manera explícita
dice tener como objetivo “sacar al PRI” (para meter al PRI) como lo hizo en Oaxaca, Sinaloa, Puebla
y en tantos otros lugares; señalan que “primero
el programa y después el hombre” como hace ya más de 40 años.
El programa (…) el programa (…) el programa; claman.
Pero el programa ellos lo moldearon, ellos lo
alimentaron, ellos lo han mantenido y se han aprovechado de él; el proyecto de nación
que durante los últimos 30 años ha servido para garantizar su permanencia y
alimentar sus bolsillos.
Hay un proyecto alternativo de país desde 2006, al que se
combatió con todo por parte del PAN (entonces en el poder) y del PRI (de las
estructuras de poder real de ese partido)
Hay una visión de México claramente diferente y seguramente
mejor que lo que no ha servido durante las últimas décadas. Dejen de buscar el
programa ya existe.
SALUD
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