Aunque la lectura fue impecable, y el dato del INEGI
es correcto (aunque la metodología de medición sea diferente a la de otros
países del OCDE), el señor Peña olvida señalar que hoy en México dos
terceras partes del empleo está en actividades ilegales (informales les llama
la burocracia encargada de la administración
de la mediocridad) y que esos empleos no cuentan con los “beneficios”
de seguridad social.
Pero dejemos de lado lo bien que ha hecho las cosas el señor
peñejo y veamos las crisis que si existen:
El campo, ese ente tan ajeno a los “administradores públicos”
es sólo (quizá) la pior (así) muestra del abandono oficial de la actividad
productiva nacional, hace apenas 25 años exportábamos cereales, carnes, leche;
hoy la situación es exactamente inversa el 43% del consumo nacional de esos
productos proviene del extranjero, son importaciones, mientras la actividad
agropecuaria está en una CRISIS de abandono e improductividad, por cierto tres
cuartas partes de las importaciones agroalimentarias provienen de los Estados
Unidos, lo que refleja la dependencia de México con respecto a este país.
El sector energético, apenas hace unos 17 años un endejo
muy endejo
(tan endejo
(así) que ni sabía ler (así)) “administrador público” que dijo que
las refinerías no eran negocio y hoy nos enteramos que las grandes empresas
petroleras mundiales están construyéndolas para vendernos la gasolina que
ocupamos, pues “gracias” a la “reforma energética”
el año entrante podrán venderla directamente en sus establecimientos; ese
sector que durante más de 50 años dio a los rateros “administradores públicos”
suficiente liquidez a las finanzas y logró el desarrollo desequilibrado de México,
está en CRISIS, en una CRISIS que detonará cuando la Empresa Improductiva del
Estado despida a más de mil petroleros.
La seguridad pública, que hace más de 20 años nos prometió lavestida
(así) que se corregiría con la “utilización temporal” del Ejército y
parece que ahora están cocinando una Ley que permita la “utilización permanente”
de esas fuerzas encargadas de la seguridad nacional para atacar hasta casos de
menor importancia, bueno hasta manifestaciones de inconformidad social; ese
sector está en una INMENSA CRISIS que ha dejado más de 200 mil muertos en una
década, más de 400 mil desplazados (expulsados de su comunidad), más de 200
periodistas muertos, en fin una CRISIS que lejos de ver el final, todos los
augurios señalan que se requieren otros 20 años para “modificar” lo que ahora
tenemos.
Concatenado con lo anterior, son Guerrero,
Morelos
y Colima
las entidades con los mayores índices de violencia social, los que concentran
el 18% de las fuerzas armadas desplegadas en el país, resultando en una CRISIS
de credibilidad en las “instituciones”
que tanto defienden y que tanto les llena la bocota a los “administradores públicos”
y otros persignados.
Pero la CRISIS de credibilidad en las instituciones, no se queda
ahí, pues hoy los índices de aprobación de la administración peñeja
es de apenas el 17% y en algunas entidades federativas llega a menos del 10%,
esa CRISIS sólo lleva a un lugar, bueno, a dos o el cambio por la vía electoral
o el cambio por la vía violenta, pero al final el cambio; una CRISIS que sin
remedio repercutirá en las grandes capas de población nacional.
El crecimiento económico, es hoy apenas una cuarta parte de
lo que requiere México para salir adelante, una CRISIS que hemos arrastrado
durante los últimos 20 años (en que hemos crecido apenas 1.7% anual promedio) y
que ha generado más pobreza y mucho descontento social.
El descontento social que hoy como dije es más del 80% de le
población, es la pior (así) de las CRISIS que ellos enfrentan, pero son tan endejos
que ni cuenta se dan.
Una inmensa crisis de administradores públicos interesados
en entender y atender los verdaderos problemas nacionales, pues ellos lejos de intentar
conocer los problemas que se suceden a diario, las crisis que si existen, se
dedican a pasear por las entidades federativas en que habrá elecciones y se
escudan en una burbuja de “fieles” que les endulzan el oído y
les tapan los ojos para que ni vean ni escuchen algunas de estas crisis que he
platicado y de otras muchas que a diario se viven en los diferentes rincones de
México, que esos PENDEJOS administradores ni se imaginan que existen.
Mientras los mexicanos viven en una lacerante pobreza material,
esos “administradores públicos” viven una humillante pobreza mental.
SALUD
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