Hace ya casi una década AMLO propuso la creación de
refinerías y la modernización de las existentes; hace más de 7 años nos
anunciaron la ampliación de la refinería en Tula; ahora nos comunican que ya
unos amigos del compadre del tío (ese gran tío que el populi nacional conoce como
el chupacabras, el innombrable y hasta el asesino de palacio) están interesados
en realizar inversiones para la producción de gasolinas de muy bajo nivel de
azufre, a partir del aprovechamiento de residuales vapor en la generación de
electricidad.
De 2006 a la fecha, PEMEX ha dejado de procesar en sus
refinerías entre 15 y 20% de producto; el precio de mercado del crudo mexicano pasó
de unos 30 dólares a principio de 2006 a más de 120 dólares en agosto de 2008 y
desde principio de 2011 hasta hace año y medio promedió casi los 100 dólares,
pero desde entonces ha venido perdiendo valor en el mercado; México, para contrarrestar
esa caída del precio internacional ha incrementado su plataforma de exportación;
pese a todo lo anterior e incluso a la contratación de garantías, se calcula que
entre diciembre de 2013 y la hasta finales del presente año, los ingresos
petroleros han sido menores a los de 2013 en un cuarenta por ciento.
Pero los “valientes” inversionistas privados “gracias”
a la reforma energética están “dispuestos” a invertir unos 23 mil
millones de dólares en los próximos tres años para “salvar” al país; claro,
mediante una asociación público privada, es decir les vamos a concesionar parte
de las refinerías, les vamos a regalar los residuales de los asociados a la
producción de energía eléctrica y claro, ellos “amablemente” nos van a
regresar los residuales de sus ventas de gasolinas en los mercados
internacionales y nacionales (pues ya en 2017 podrán los particulares vender
gasolinas en México)
Así, bajo el esquema de garantizar la inversión y las
ganancias de los inversionistas y las pérdidas a los mexicanos; los amigos del
compadre ya están haciendo antesala en las oficinas de PEMEX para obtener los “contratos”
que seguro se van a entregar o ya se entregaron sin mayor licitación.
Hace diez años se le dijo loco al promotor de la idea de
construir más refinerías pues no había dinero que alcanzara para hacerlas; hace
siete se desdijeron lo todólogos del régimen anterior y nos prometieron una
nueva refinería (que nunca se construyó) pero hoy gracias a “los
que si saben cómo hacerlo” ya negociaron con los amigos del compadre y
pues les vamos a regalar todo para que hagan un buen negocio a costa de todos
nosotros.
Buenos negocios para todos ellos, pésimas expectativas para
el resto de la población.
SALUD
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