Mañana se reunirá el señor Peña Nieto, junto a un séquito
de ayudantos y ayudantas que cobran en diferentes instancias del gobierno, con
los padres (no más de siete dice Roberto Campa Cifrián, Subsecretario de
Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación) aunque parece que del otro
lado sólo entre los que cobran más de 200 mil pesos al mes habrá unos 20 (entre
otras y otros están confirmados: Arely
Gómez (PGR), Miguel Ángel Osorio
Chong (Segob), Gustavo Salas
(subprocurador), el mismo Roberto Campa,
Jaime Rochín, alguien de a SER y
otro de la Polecía (así) Federal)
La agenda fijada ya por las áreas “especializadas” en esos
temas, ya también está fijada en primer término
está (por supuesto) el informe de avances en la “investigación”, después
se hablará de cuestiones como estrategia de búsqueda y atención a víctimas.
Ya les dejaron claro a los interlocutores que no se
tratarán las “divergencias” entre la “verdad
histórica” y la investigación del Grupo Interdisciplinario de Expertos
Independientes (GIEI), tampoco se ventilarán asuntos relacionados con ineficiencia
de las instancias de investigación de la PGR, pues según parece hay
preocupación de que algunos de los inculpados (ya en proceso judicial) puedan
lograr su liberación ante “evidencias” de la investigación
independiente.
Ya en ese documento, quedó claro que la incineración de
43 cuerpos no pudo realizarse al aire libre en menos de 30 horas y con una cantidad
de combustible irrisoria, también quedó claro que las instancias
de coordinación no sirven, que hubo (cando menos) negligencia criminal de
parte de las instancias de seguimiento del C-4.
Ya también parece estar claro que el señor Abarca (y su
santa mujer) no están siendo procesados por el delito de homicidio (de esos 50
personas que perdieron la vida o están desaparecidos) en el evento de hace poco
menos de un año, menos por el de desaparición forzada, también parece estar
claro que la ineficiencia de la PGR, su titular y sus estructuras, tampoco
tendrán consecuencias legales.
Ahora también parece que se “aclarará” que los
inculpados (todos ellos pequeñas piezas del engranaje criminal oficial de la
zona de la Montaña de Guerrero) continuarán siendo procesados (aunque
seguramente en un tiempo perentorio) resultarán exonerados del asunto.
Esa
estructura criminal que asesina a estudiantes, a personas que se oponen a
su actividad criminal, a jóvenes que dejan o pretenden dejar de servirles, a
personas que manifiestan su inconformidad con su operación; esos
grupos criminales que aterrorizan a la región y se han apropiado de las
estructuras políticas y policiacas locales.
Hace unos meses me decía un amigo que “era
necesaria la participación social organizada para aclarar el acto criminal”
hoy sólo puedo decir que a pesar de la investigación independiente (y ante el
temor de la autoridad de que “el caso se caiga” el caso pasará al
libro de la historia de la impunidad.
También queda claro que los padres de los estudiantes, la
sociedad de Guerrero, de México y del mundo, pueden seguir esperando (como
mucho mexicanos hemos esperado) que la justicia aparezca.
Queda claro que reclamar, es más que investigar y
presentar pruebas irrefutables, es más que llevar a los responsables de los
actos criminales ante la autoridad y exigir que se les rocese, es absolutamente
innecesario.
Queda claro también que un diálogo entre la “autoridad”
y las víctimas en donde no se permite a una parte ser más que receptor, es un
evento para la foto.
Un “gobierno” que lejos de escuchar, se
cierra a lo que ellos creen que debe ser, unas estructuras públicas que cuando
aceptan “dialogar” fijan reglas de no diálogo (establecen un monólogo)
sólo tiene un destino, el absoluto repudio de los que lo mantenemos.
Una reunión que sirve para no escuchar, es una reunión
que no sirve. La violencia es siempre producto
de la falta de comunicación.
SALUD
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