En el Embarcadero, localidad del municipio de Coyuca de
Benítez, en Guerrero como dicen las crónicas de los “cronistas” de la vieja
escuela: “se dio el banderazo inicial del ciclo escolar 2015-2016” ahí,
ya sin amenazas contra los profesores, es más casi haciéndolos parte de su
proyecto, sumando en lugar de enfrentando, parece que ya alguien entre esa
maraña de asesores, operadores, instrumentadores y acomodaticios, entendió que
un mensaje conciliador puede más que uno amenazador.
Pues bien, dicen que reapareció emilito (el que sigue cobrando
en SEP) aunque parece que no abrió su boquita y también se dijo algo así como “todo
el dinero que ahora si le vamos a poner a las escuelas” aunque sólo
hablo de algunos miles de escuelas (seguramente porque naiden en esa maraña de
asesores y acomodaticios le informó que hay CIENTOS de miles de escuelas y que algunos miles en el mejor de los
casos serán el 10 por ciento del total de esas.
Pero que importa, si se trata de eso o de apenas el 2 ó
3% total, lo importante es cacarear el huevo aunque apenas la gallina esté empezando
a ponerlo.
El discurso “conciliador” también se dirigió a los
padres de familia, a esa gran masa de mexicanos que a pesar de estar de acuerdo
con su Reforma Educativa, no veía mejoría en la infraestructura, pero seguirá
sin verla, sólo por citar un ejemplo, en el estado de México (de que por cierto
fueron gobernadores el señor Peña y
el señor Chuayffet) hay unas 20 mil
escuelas y durante los últimos 10 años, han recibido presupuesto para mejoras
unas 500, es decir en unos 40 años todos los padres de familia verán
cristalizada la Reforma Educativa en esa entidad.
Ese dinero (lo que se pueda rascar a otros programas)
alcanzará seguramente en 2016 para unos 10 mil planteles (pero hay caso 250 mil
en el país) es decir a ese paso en unos 25 años serán atendidas todas las
escuelas de México.
Palabras y palabras, cientos de miles de palabras
gastadas en actos punitivos contra los docentes, son ahora “corregidas”
con algunos miles de palabras conciliatorias; en equivalencia a la “capacidad”
oficial para hacer frente al abandono de décadas de las escuelas, el discurso
tacaño incluye palabras de “acercamiento” con una sociedad que
cada día están más alejada de la realidad que nuestros administradorcitos ven.
Parece tarde para corregir el rumbo, pues ya ahora las
acciones de inclusión del magisterio y de la sociedad en el cambio educativo son,
para la mayoría de la población y especialmente para los profesores en
servicio, mera palabrería.
Ya ahora cuando se habla de miles de escuelas que serán “beneficiadas”
se sebe que son tan pocas que apenas alcanzará para una muy pequeña fracción
del total, pero además sólo alcanzará (como casi siempre) para las escuelas de
las cabeceras municipales de los principales centros urbanos nacionales; sólo
llegará a donde siempre y finalmente a las mismas manos de siempre.
La educación nacional merece una
verdadera evaluación, que debió empezar a la inversa, por las grandes
carencias en infraestructura y después llegar a las carencias en recursos
humanos, que debió valorar primero la insatisfacción de la población y después
penalizar la actividad docente.
Ya los mexicanos hicimos nuestra valoración del Sistema
Educativo nacional y sabemos que atendiendo al 5% del total de las escuelas (en
el mejor de los casos) apenas en unos 20 años se resolvería el problema, aunque
seguramente las primeras atendidas habrán puesto al descubierto la corrupción
con que se manejaron los recursos y los cochupos, componendas y arreglos para
robarse el dinero.
Capaz que ahora que ya se “determinó” que no hay “conflicto
de interés” hasta HIGA es “beneficiaria” de algunos arreglitos con ese dinero.
SALUD
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