Desde hace unos meses el Comité contra la Desaparición Forzada de Naciones Unidas, realiza
un análisis de la situación en México, para ello y en estricto apego a procedimientos,
la Secretaría de Gobernación, preparó y envió un informe que ”enriquecía”
la objetiva observación del fenómeno en México desde la adhesión al protocolo
en 2008 y los miembros del comité referido, valoraron en sus términos, junto
con otros muchos elementos de que se allegó.
Este viernes fueron presentadas la observaciones finales y
en ellas, sólo a partir del informe que elaboró la Segob, queda claro “que
los datos aportados por nuestro país ilustran un contexto de desapariciones
generalizadas en gran parte del territorio nacional, que en su mayoría podrían
calificarse como desapariciones forzadas” sin embargo, para la “autoridad” nacional, “Las
recomendaciones emitidas por el Comité no reflejan adecuadamente la información
presentada por México ni aportan elementos adicionales que refuercen las
acciones y compromisos que se llevan a cabo para solventar los retos
mencionados. Tal como lo acreditó ante el Comité, México tiene el firme
compromiso de redoblar los esfuerzos dirigidos a transformar la forma en que se
conciben, reconocen y aplican los principios que deben regular la prevención,
investigación y búsqueda de personas desaparecidas, a fin de asegurar el
cumplimiento de los fines que persigue la Convención”
Es decir: es cierto lo que dicen pero no dicen todo lo que
estamos haciendo para que eso cambie y por lo tanto para cumplir con la convención
firmada cuando podamos, claro está.
Así pues, dos visiones de la realidad de México, que están
contrapuestas no sólo en su forma, sino en su fondo; dos formas de ver un mismo
fenómeno social nacional; dos concepciones que no se acercan al vértice.
Para los políticos nacionales la ONU no consideró los
esfuerzos realizados; mientras que para la autoridad internacional México sigue
sufriendo un flagelo que por sus dimensiones y ante eventos cotidianos,
difícilmente podrá revertirse.
Mientras la ONU intenta señalarle a la autoridad mexicana
que la desaparición de personas ha alcanzado niveles incontrolables, los “funcionarios”
nacionales sólo quieren que aquellas vean que ya se están implementando
acciones encaminadas a que no suceda.
Empecinados en su realidad, nuestros empleados esperan ver
reflejado en el informe de la ONU, lo que sólo ellos pueden ver en su realidad;
tan ajenos a la realidad del país, de un país en el que diariamente se
encuentran cadáveres enterrados, de un país en el que más de 22 mil personas en
10 años han “desaparecido” (más de 2,000 al año, unas 50 a la semana es decir
siete personas diariamente) muchas de ellas “la gran mayoría” dice la ONU como resultado de omisión y acción
directa de la autoridad.
Ese país en el que la realidad, la cruda realidad se muestra
a diario a los funcionarios y estos simplemente cierran los ojos, para que esa
cruel realidad desaparezca, aunque siempre se impone la realidad a la necedad
de hacer ver o querer ver.
SALUD
Les recomiendo mucho:
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