Ya llegaron al Congreso de la Unión las propuestas de
reforma legislativa enviadas por Peña Nieto y lejos de ser consideradas como un
verdadero cambio, las fracciones parlamentarias del PAN anuncian que “no
aceptan las culpas de la inactividad gubernamental” y consideran que
aunque es necesario realizar modificaciones “no todo es culpa de la falta de
legislación” es decir el aliado natural del gobierno, lejos de
aparearse de manera natural con el gobierno, pone condiciones a la aprobación
del “paquete”
legislativo; nada que no pueda negociarse de manera civilizada y con tantitas
ganas de que el gobierno abra parte de los negocios a los panistas.
En principio no les gustó mucho el asunto de desaparición de
poderes municipales (pues claro) bajo argumentos absolutamente carentes de
calidad moral; ellos que tienen en su poder administrativo poco más de la
tercera parte de los municipios de este país (entre ellos algunos de los más
ricos) y que desde ahí hacen negocitos con los presidentes municipales y
algunas empresas de los amigos de unos parientes, se sienten agredidos ante tal
situación.
Por otra parte el peso mexicano alcanza su nivel más bajo en
más de cinco años y parece que esta vez no hay posibilidad de detenerlo, pues
ya China anuncia (de manera inequívoca) una devaluación para hacer competitivo
su mercado internacional; es decir para México, sólo queda un camino (el mismo
camino que China) esa devaluación preocupa a Cartens que desde su caja de cristal en Banxico “ve
riesgos de incremento de los niveles inflacionarios”
Lo realmente grave es que el petróleo en el mundo pierde de
manera acelerada (ya vale menos de 60 dólares el barril), aunque la gasolina
alcanza en el mercado mexicano el precio más alto de la historia y en enero
próximo (por cortesía de nuestros muy antentos legisladores) será la más
cara del mundo, a pesar de nuestra riqueza petrolera, pagamos gasolinas más
caras que en países en donde ni se produce petróleo o gasolina.
Así, un efecto negativo en el precio de la moneda nacional
combinado con un efecto de alza en el precio del combustible, son un muy
explosivo detonador de inflación y un escalamiento de la devaluación.
Ya parece que la navidad está bastante opacada para una
parte importante de la población mexicana, pero parece que en el corto plazo
hay un gran desplome del precio del peso mexicano (sólo para que unos cuantos
puedan hacer negocios) y con ello mayor depresión social ante “las
fiestas”
Esa devaluación que hoy ya alcanza cerca del 6% afectará de
manera irremediable los precios internos (aunque ya no afectará de manera sustancial
la inflación de 2014) y afectará la capacidad de los hogares mexicanos para
festejar.
Sin embargo, ya poco, muy poco margen de operación tiene la “administración”
peñeja
para cohesionar la ya de por sí erosionada confianza nacional.
Así que a prepararse para una triste navidad y un cruento
cambio.
SALUD
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