Dice la nota “Por
unanimidad, aprueba Senado que militares puedan ser procesados por la justicia
civil”, esto que sin lugar a dudas es un gran logro para la
sociedad mexicana, en realidad la democracia mexicana debía de estar de
plácemes, se convierte en otra piedrita en el zapato para la administración
federal.
Ya hoy Francisco Garfias
(especialista en temas de la SEDENA) nos dice: “los datos oficiales que apuntan que durante el gobierno de Enrique Peña Nieto la Sedena redujo en
36% el número de agentes encargados del combate al crimen organizado. De 50 mil
agentes que estaban destinados en el gobierno de Felipe Calderón, ahora son sólo 32 mil”
Los militares, los mandos medios militares están muy
descontentos con la función de seguridad pública que les ha otorgado el
gobierno desde el zedillato, ya incluso desde Fox, siete coroneles y cuatro generales advirtieron al jefe máximo
de las fuerzas armadas, la necesidad de establecer un programa paulatino de
retiro de las fuerzas armadas de la lucha contra el crimen organizado y con Calderón la demanda subió de tono,
cuando se detuvo a los miembros de las fuerzas armadas, acusados de estar
vinculados con la delincuencia organizada y “enérgicamente”
solicitaron que se explicara la situación.
Desde el inicio de esta administración, a Peña Nieto un proyecto de ley para
regular las labores de seguridad pública de los miembros del Ejército y las
Fuerzas Armadas, así como un programa de retiro de efectivos militares de esas
actividades hasta en tanto no se tuviera sustento legal para realizarlas.
Parece, por lo que dice Garfias,
que se ha cumplido con el proceso de retiro de efectivos de labores de
seguridad pública, pero ahora, que lejos de protegerlos como institución y como
personas, se les expone al fuero civil en casos específicos de violación de
derechos humanos, abusos de autoridad y hasta tráfico de estupefacientes o
complicidad con estructuras criminales. La casa puede estallar.
En agosto pasado me atrevía a señalar que Quizá
buscan una guerra civil o un golpe de estado y de hecho hacia final de
2013, el discurso peñista se enfocó a “reivindicar a las estructuras militares que
a costa de su vida defienden a la patria” SALUD
Sin embargo, no bastan apapachos para que los militares se
sientan mejor, es importante que se establezca con claridad la función de las
estructuras militares en la “guerra contra el crimen organizado” pues de lo
contrario muchos criminales serán puestos en libertad (como ocurrió durante el calderonato)
por la ausencia legal de la participación del Ejército en esas tareas.
Peña, que no ve
más allá de sus narices considera que avanzando en temas de derechos humanos
civiles (cosa que es encomiable) sin avanzar en la legalización de la lucha, se
gana adeptos entre la sociedad civil (cosa que le urge) y logra credibilidad
internacional (asunto que para él es importantísimo) pero las estructuras
medias del Ejercito mexicano, están verdaderamente hasta la madre de enfrentar
al crimen organizado, para que los jueces (por falta de legislación) los dejen
ir.
Además, las estructuras altas del Ejercito mexicano, ya
cuentan los días para salirse de esa dichosa guerra.
Sin embargo, también se sienten acorralados por esta medida
y no dudemos que con mayor determinación en unos días salgan a manifestar su
INCONFORMIDAD.
SALUD
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